Septiembre, noveno mes, aproximadamente el tiempo en el que cada año me pregunto que he hecho con mi vida y creo que mi crecimiento ha sido personal, lleno de logros, aprendizajes y todas esas cosas que realmente importan cuando ya nuestro tiempo en este plano finaliza.
He cambiado o quizás mejorado, no se cómo se vería desde otro punto de vista, el hecho es que aprendí que los sentimientos son tan sagrados como cuando tenemos pareja, no es necesario que todos sepan de esto y no lo vean como una excusa para ocultar a esa persona, abran su mente y noten que a lo que realmente me refiero es a qué te pertenece, es privado. Los sentimientos son una parte de ti que resulta una dependencia para tu estado de ánimo, no todos en este mundo le darán tanto valor como tú y la prueba más real es el ver tantos corazones rotos, tanta desconfianza, tanto miedo a mostrarse vulnerable; porque así es, si todos mostramos lo que sentimos, lo que somos, sin caparazones ni escudos, el mundo sería diferente. Pero, debemos tomar en cuenta que existe un equilibrio, no todo puede ser malo y no todo puede ser bueno, se trata de un punto medio donde podemos darnos cuenta que siempre está presente. ¿Te ha pasado que tienes una racha de días de mierda y cuando menos te lo esperas pasa algo que te alegra la vida? sin importar por cuánto tiempo sea, simplemente pasa porque es parte de un ciclo y así es como funciona.
No vivimos en un ambiente tan diferente al de una selva, existe el mismo peligro, aquellos que son más fuertes y aquellos que son débiles, hay lugares donde encuentras paz, hay formas de desplazarte sin correr ningún riesgo, existen especies que pueden convivir juntas y otras que no, hay diferentes clases sociales sin necesidad de haber dinero. Vivimos en una selva como cualquier otra, solo que a esta le llaman La Selva de Asfalto.
Aprendí que lo que rompes jamas volvera a ser igual, cuando dañas y te dañan ocasiona la creación de un camino sin retorno, en el que hasta la terca acción de regresar podría empeorar las cosas. En pocas palabras he aprendido que confiar demasiado puede ser peligroso, mostrar lo que sientes puede ser fatal, abrir tu corazón puede llegar a ser mortal y sin embargo, no me arrepiento de nada de lo que he hecho ni de lo que me sucedió, tampoco conservo rencor alguno hacia algo o alguien; al contrario, me siento tan agradecido porque me enseñan a ver todo desde otro cristal y Dios bendiga el dia que comencé a pensar de esa manera, porque no siempre fui así.
Solía ser el que detestaba tener las cosas fuera de su control, molestandose por cada cosa que no salía como quería, detestando e insultando a la persona menos indicada sin siquiera analizar si tenían la culpa de algo, y si hay una frase que me identificaba e identifica a ese lado oscuro de mi, es: "¿Disparas y luego preguntas quien murió?" y lo se, no es mi lado más sensato. Ahora me dedico a locacionar cada acción en donde debe estar y deshecho aquellas que puedan ocasionar problemas que en ningún momento desee tener.
Lo mejor de todo este tiempo es que aprendí a darle valor a eso que lo merece, a pedir perdón sin importar lo gruñón que sea mi orgullo, si tu realmente me importas o cometí un error, de seguro lo admitiré y me disculpare de ser necesario.
Como quisiera haber aprendido todo esto y no haber alejado de mí a personas que realmente lo merecen todo.
Aprendí que lo que rompes jamas volvera a ser igual, cuando dañas y te dañan ocasiona la creación de un camino sin retorno, en el que hasta la terca acción de regresar podría empeorar las cosas. En pocas palabras he aprendido que confiar demasiado puede ser peligroso, mostrar lo que sientes puede ser fatal, abrir tu corazón puede llegar a ser mortal y sin embargo, no me arrepiento de nada de lo que he hecho ni de lo que me sucedió, tampoco conservo rencor alguno hacia algo o alguien; al contrario, me siento tan agradecido porque me enseñan a ver todo desde otro cristal y Dios bendiga el dia que comencé a pensar de esa manera, porque no siempre fui así.
Solía ser el que detestaba tener las cosas fuera de su control, molestandose por cada cosa que no salía como quería, detestando e insultando a la persona menos indicada sin siquiera analizar si tenían la culpa de algo, y si hay una frase que me identificaba e identifica a ese lado oscuro de mi, es: "¿Disparas y luego preguntas quien murió?" y lo se, no es mi lado más sensato. Ahora me dedico a locacionar cada acción en donde debe estar y deshecho aquellas que puedan ocasionar problemas que en ningún momento desee tener.
Lo mejor de todo este tiempo es que aprendí a darle valor a eso que lo merece, a pedir perdón sin importar lo gruñón que sea mi orgullo, si tu realmente me importas o cometí un error, de seguro lo admitiré y me disculpare de ser necesario.
Como quisiera haber aprendido todo esto y no haber alejado de mí a personas que realmente lo merecen todo.
"Sé como las olas del mar, que aún rompiendo contra las rocas, encuentran fuerzas para volver a empezar". Sergio Bambarén Roggero
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